
El Senado aprobó la ley de Teletrabajo
El proyecto se aprobó con 40 votos a favor y 30 en contra. El oficialismo solo contó con el acompañamiento de la misionera Magdalena Solari Quintana. Qué dice la flamante norma.

El oficialismo aprobó hoy en el Senado y convirtió en ley el proyecto para regular el teletrabajo, en una votación dividida y con objeciones de la oposición por la negativa a modificar la redacción de la nueva norma.
La ley fue aprobada con 40 votos a favor y 30 en contra, luego de un debate de poco más de tres horas, en las que el Frente de Todos justificó el avance en la sanción de la ley sin modificaciones y Juntos por el Cambio criticó la ausencia de correcciones.
La nueva norma establece una serie de principios generales para la nueva modalidad laboral -extendida durante la pandemia de Covid-19 y el aislamiento- y deja las regulaciones específicas en manos de los convenios colectivos de cada sector. Entre las objeciones de la oposición, coincidentes con las de las cámaras empresariales, se encuentra el punto de la ley referido a la reversibilidad, que habilita al trabajador en modalidad remota a volver a su puesto presencial cuando así lo quiera, sin que el empleador pueda poner reparos.
Al inicio del debate, el oficialista Daniel Lovera, presidente de la Comisión de Trabajo, indicó que la negativa a aceptar cambios se basó en que «es un texto al que se arribó desde diferentes iniciativas, escuchando a todos los sectores, y que protege a los trabajadores». «Hemos escuchado inclusive a sectores propiciar la ausencia de regulación para no entorpecer el mercado y sus posibilidades de crecimiento.
La falta de regulación no solo genera conflictos, sino que genera abusos», agregó. Al respecto, Lovera remarcó que «es imprescindible contar con un marco regulatorio para evitar que se afecten derechos» y que «serán las negociaciones colectivas las que definan cada una de las particularidades (del teletrabajo) en cada actividad».
Por su parte, Esteban Bullrich, de Juntos por el Cambio, subrayó: «Aquí estamos una vez más para votar una ley sin cambios. Los argumentos de siempre, pero ahora con un relato que habla de consenso mayoritario y del proceso de escucha que hubo en esta ley». «Al no haber modificaciones claramente no hay consenso», señaló Bullrich quien, al igual que otros senadores de la oposición advirtió que la ley tal como está no promoverá la modalidad de teletrabajo sino que la dificultará.
Una de las sorpresas de la votación fue el rionegrino Alberto Weretilneck, que desde su bloque unipersonal suele acompañar al oficialismo pero en este caso votó en contra y argumentó: «Como toda cosa apurada y producto de la urgencia, no creo que esta ley sirva para el objetivo que se plantea».
En tanto, Julio Cobos, de Juntos por el Cambio, destacó que el proyecto «no viene del Ejecutivo y no salió del oficialismo, sino que surge de muchos proyectos presentados en la Cámara de Diputados», donde la oposición «acompañó». Al respecto, agregó: «Entonces, nosotros no nos estamos oponiendo, estamos tratando de ejercer el rol de cámara revisora, pero se pierde la oportunidad de hacer una buena ley».
A modo de cierre del debate, el oficialista Mariano Recalde sostuvo que «se escuchan predicciones apocalípticas cada vez que se trata de ampliar derechos para los trabajadores» y subrayó que «durante los 12 años de gobierno kirchnerista se trataron 69 leyes laborales y decían las mismas cosas».
«Sin embargo los números demuestran otras cosas», continuó el senador del Frente de Todos, quien precisó que «en 2003 la cantidad de empleadores era de 355.476, en 2015, después de 69 leyes laborales que iban a ser una catástrofe, la cantidad de empresas llegaron a 568.737». Y concluyó: «La ley de teletrabajo no va a ser un obstáculo para que esta modalidad, que ya existía y se aceleró durante la pandemia, siga creciendo».
Fuente: jueves 30 de julio de 2020 – (NA)
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Crisis salarial en las universidades: La CONADU Histórica lanza un paro nacional de 48 Horas

En un contexto de profunda crisis salarial y desfinanciamiento de la educación superior, la CONADU Histórica convocó a un paro nacional universitario de 48 horas para el 23 de abril. La medida de fuerza busca visibilizar la grave situación de los docentes universitarios y exigir respuestas concretas del Gobierno nacional.
La crisis salarial en las universidades nacionales argentinas ha alcanzado un punto crítico. Desde la asunción de Javier Milei en diciembre de 2023, la inflación acumulada asciende a un 197%, mientras que los salarios docentes apenas fueron actualizados en un 68% a 86%, dependiendo del cargo. Esta disparidad ha generado un deterioro sostenido en el poder adquisitivo de los docentes y no docentes universitarios, afectando directamente sus condiciones de vida.
La paritaria salarial universitaria permanece cerrada y sin avances concretos, lo que ha llevado a la CONADU Histórica a tomar medidas de fuerza. «Con sueldos por debajo de la línea de pobreza, se hace insostenible la continuidad de las funciones esenciales en nuestras universidades», señalaron desde el sindicato.
El desfinanciamiento de la educación superior no es un hecho aislado. Desde la CONADU Histórica también advierten sobre las consecuencias del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, cuyos condicionamientos implican reformas laborales y jubilatorias regresivas, además de una profundización del ajuste sobre el Estado.
El paro convocado por la CONADU Histórica promete tener fuerte repercusión en las casas de estudio de todo el país, con clases suspendidas, actos públicos y actividades de visibilización en defensa de la universidad pública. La medida de fuerza busca generar un amplio respaldo de la comunidad universitaria y la sociedad en general.
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La CGT convocó a una jornada de protesta y unidad por el Día del Trabajador

La Confederación General del Trabajo (CGT) convocó a una masiva movilización para el próximo 30 de abril, en conmemoración del Día del Trabajador. La marcha, que partirá desde la intersección de las avenidas Independencia y 9 de Julio y culminará en el Monumento al Trabajo, busca expresar el descontento de los trabajadores frente a la política económica del gobierno de Javier Milei y exigir soluciones urgentes para la clase trabajadora.
La CGT ha sido clara en su postura: la situación económica del país es insostenible y requiere medidas inmediatas para proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad. La marcha del 30 de abril es un llamado a la unidad de los trabajadores y un recordatorio al gobierno de que no pueden ignorar las demandas de aquellos que han sido golpeados por la inflación y la devaluación del peso.
La movilización también coincide con las negociaciones de paritarias, donde los gremios han señalado que las ofertas salariales no logran seguir el ritmo del índice inflacionario. Los sindicalistas expresaron su frustración ante la falta de comunicación del gobierno y la ausencia de soluciones concretas para abordar la crisis económica.
La presencia de gobernadores peronistas, encabezados por Axel Kicillof, en la reunión con el Consejo Directivo de la CGT en la sede de la calle Azopardo, agrega un componente político importante a la jornada de protesta. La CGT busca fortalecer su posición negociadora y demostrar que cuenta con el apoyo de sectores políticos clave.
La marcha del 30 de abril será un termómetro importante para medir el grado de apoyo popular a las demandas de la CGT y la capacidad de movilización de la central obrera. La expectativa es alta, y la sociedad argentina estará atenta a las conclusiones de esta jornada de protesta y a las respuestas del gobierno a las demandas de los trabajadores.
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Marcelo Mena en la convención global en EE.UU: “La minería debe ser sinónimo de desarrollo sostenible”

Marcelo Mena, secretario general del sindicato ASIJEMIN (Asociación Sindical del Personal Jerárquico, Profesional y Técnico de la Actividad Minera Argentina), participó recientemente de un evento de alcance internacional que reunió a más de 3.000 delegados y delegadas del sector minero de todo el mundo. El encuentro tuvo lugar en Estados Unidos, organizado por el poderoso sindicato estadounidense United Steelworkers, y contó con la presencia de representantes de 22 países con fuerte vinculación a la actividad.
Durante la convención, se conformó un espacio de cooperación internacional entre sindicatos de Argentina, México, Perú, Canadá y Australia, entre otros. El objetivo: construir una red solidaria y de defensa frente a prácticas empresariales globales que, según Mena, afectan de manera directa tanto a los trabajadores como a las comunidades donde operan las compañías extractivas.
En su intervención, el dirigente sindical expuso con claridad la delicada situación que atraviesan los trabajadores mineros en nuestro país, haciendo hincapié en el impacto de las políticas del actual gobierno nacional. Denunció la pérdida de poder adquisitivo producto de la inflación y la devaluación, y alertó sobre la necesidad urgente de reabrir espacios de discusión salarial con las empresas.
“La minería no puede ser un negocio unilateral. Queremos que le vaya bien a las compañías, pero también a las comunidades y a los trabajadores”, afirmó Mena, dejando en claro que el crecimiento del sector debe tener correlato en empleo genuino, sueldos justos y desarrollo regional.
El rol de las inversiones y la defensa del trabajo local
El secretario general de ASIJEMIN remarcó que si bien el nuevo esquema cambiario puede alentar la llegada de inversiones, es imprescindible que estas estén enfocadas en el desarrollo nacional. «Las condiciones actuales permiten que las empresas giren divisas con mayor libertad. Pero eso no alcanza. Necesitamos que esas inversiones promuevan la contratación de mano de obra local, la participación de proveedores nacionales y el impulso de pymes vinculadas a la actividad minera», sostuvo.
En ese sentido, explicó que desde ASIJEMIN están en diálogo permanente con las compañías para exigir que el crecimiento de la industria sea acompañado por condiciones laborales dignas y sostenibles.
Un modelo de minería con innovación, inclusión y futuro
El mensaje que dejó Mena en este foro internacional fue claro: la única salida para Argentina es a través de la industrialización. Reivindicó el valor estratégico de la minería, pero advirtió que no basta con extraer recursos si no se promueve una cadena de valor que genere conocimiento, tecnología y empleo de calidad.
“La minería debe estar al servicio del desarrollo de las comunidades, de la producción nacional y de una economía más equitativa. No queremos repetir modelos extractivistas que enriquecen a unos pocos y empobrecen a muchos”, cerró.
La participación de ASIJEMIN en este tipo de encuentros no solo refuerza la presencia argentina en debates globales, sino que también evidencia la importancia de pensar una minería con compromiso social, visión de largo plazo y responsabilidad compartida. En tiempos donde los modelos productivos están en disputa, voces como la de Marcelo Mena se vuelven imprescindibles para construir una industria que mire más allá del mineral: hacia el bienestar de quienes la hacen posible.
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