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La multitudinaria Marcha Federal se replicó en las principales ciudades del país y tuvo como epicentro la Plaza de Mayo, en Buenos Aires. Se leyó un documento redactado por la comunidad universitaria en el que se denunció el ajuste del presupuesto ejecutado por el gobierno de Javier Milei.

La Marcha Federal Universitaria concentró este martes a la tarde una multitud en la Plaza de Mayo y se replicó en distintas ciudades del país, en lo que fue la jornada de protesta más masiva contra las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei. La presidenta de la Federación Universitaria Argentina, Piera Fernández de Piccoli, leyó un documento al final del acto, en el que se consideró “insuficiente” al aumento de las partidas universitarias anunciado ayer por el gobierno, y se pidió la reposición del FONID, un complemento salarial docente eliminado por el gobierno nacional. “Todos los problemas que tenemos se resuelven con más inversión en la educación pública, convocamos a la sociedad argentina a defenderla”, terminó el documento consensuado por todas las universidades nacionales.

La cantidad de gente reunida colmó no solo la plaza (vallada sobre la Casa Rosada), sino que se extendió por las amplias Avenida de Mayo y las diagonales norte y sur.

Más allá de las columnas organizadas, principalmente las universitarias que se movilizaron desde el Congreso Nacional hasta la Plaza de Mayo, la mayoría de los manifestantes marchó por fueras de las estructuras universitarias, sindicales o partidarias, muchos portando carteles escritos a manos.

Sin mover lo que se llama “el aparato”, la CGT acompañó la marcha en el marco de otras dos medidas tomadas por la central obrera: la CGT también se movilizará el 1 de mayo y el 9 del mismo mes cumplirá el segundo paro general contra el gobierno de Milei. Los secretarios generales Héctor Daer y Pablo Moyano se sumaron al acto de el martes por la tarde.

Los organizadores estimaron en unos 800 mil asistentes a la plaza. “Y un millón en todo el país”, dijo el representante docente de la Conadu, Carlos De Feo en su discurso. “Un millón y medio”, dijo después un dirigente de los no docentes universitarios.

También hablaron Sonia Alesso, de Cetera, y Sergio Romero, de UDA, quien dijo que “el gobierno, aunque lo niegue, deberá analizar qué pasó en esta plaza”.

Norberto Heyanca, en representación de las universidades tecnológicas, le reclamó al gobierno. “Hay que dialogar más”, le reclamó al gobierno. “Viva la universidad pública, carajo”,concluyó.

En el documento leído al final del acto por la presidenta de la FUA se afirma que “las universidades públicas son uno de los motores de la democracia, la producción y los lazos sociales” y se denuncia que las universidades “han sufrido un fuerte ajuste en términos reales, en los denominados gastos de funcionamiento”.

“Llegamos a marzo de 2024 con un presupuesto de gastos a valores de septiembre de 2022. El incremento del 70% de estas partidas dispuesto para el mes de marzo, más el reciente anuncio en el marco de esta convocatoria, (2:28) son absolutamente insuficientes”, dice el documento leído por Piera Fernández, en nombre de la comunidad universitaria.

El documento también señaló que “en los últimos meses, el salario de las trabajadoras y trabajadores han perdido el 50% respecto a la inflación”.

“Reivindicamos los convenios colectivos sectoriales, docentes y no docentes, y el espacio paritario nacional con participación plena del gobierno nacional, quien hasta ahora malversa su participación imponiendo aumentos paupérrimos de manera unilateral”, se criticó también, a la vez que se exigió “paritarias libres, sin techos”.

“La ciencia y tecnología son aspectos sustanciales para la producción de soberanía, desarrollo y progreso. Un país que no invierte en ciencia renuncia a su soberanía”, afirmó el documento, en el que se criticó los recortes presupuestarios, entre ellos, al CONICET.

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Trabajadores de comercio adhieren al paro nacional de la CGT

La Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS), el sindicato con mayor cantidad de afiliados en América Latina, confirmó su adhesión al paro nacional convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) para el próximo jueves 10 de abril. Con más de dos millones de afiliados en todo el país, esta decisión marca un punto clave en la magnitud que alcanzará la medida de fuerza.

En un comunicado difundido por la FAECyS califica el paro como una «respuesta legítima» y un llamado a la unidad, conciencia y organización de la clase trabajadora. La federación advierte que el actual rumbo económico pone en riesgo pilares fundamentales del Estado, como:

  • El sistema solidario de salud: La salud como derecho fundamental está siendo amenazada por la falta de inversión y la precarización de los servicios.
  • La seguridad social: La protección social y los beneficios para los trabajadores y jubilados están siendo cuestionados y reducidos.
  • La educación pública: La educación como derecho fundamental está siendo desfinanciada y privatizada.
  • La justicia social: La desigualdad y la injusticia social están aumentando debido a las políticas económicas y sociales implementadas.

«Si se destruye el Estado, nos quedamos sin justicia social; sin sistema solidario de salud; sin educación; sin seguridad social y sin desarrollo», advierte el texto de los mercantiles.

La entidad sindical también reivindica el paro como una acción en defensa de los jubilados y jubiladas, quienes serán protagonistas de una movilización frente al Congreso el miércoles 9, un día antes de la huelga general. «Por la defensa de nuestros/as jubilados/as, de la existencia del Estado y de los derechos de los/as trabajadores/as. ¡PARAMOS!», concluye el comunicado.

Con esta decisión, la Federación de Comercio se suma a una larga lista de gremios que ya confirmaron su participación, entre ellos:

  • Sindicatos del transporte: Los trabajadores del transporte están luchando por sus derechos y condiciones laborales.
  • Docentes: Los docentes están defendiendo la educación pública y sus derechos laborales.
  • Sanidad: Los trabajadores de la salud están luchando por la defensa del sistema solidario de salud.
  • Alimentación: Los trabajadores de la alimentación están defendiendo sus derechos laborales y condiciones de trabajo.

La FAECyS reafirma su compromiso con la defensa de los derechos de los trabajadores y la protección del Estado.

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Arranca una semana cargada de lucha gremial con 36 horas de protesta

La Confederación General del Trabajo (CGT) convocó a un paro general de 24 horas para el jueves 10 de abril, sumado a una movilización en defensa de los derechos previsionales de los jubilados el miércoles 9 de abril. Ambas jornadas reflejan el malestar frente a la postura del gobierno nacional y las medidas adoptadas en las últimas semanas.

La Movilización del 9 de Abril: Un Clamor por la Justicia Previsional

Organizaciones sindicales de la CGT, las dos CTA, movimientos sociales y espacios políticos se reunirán en una marcha para exigir una recomposición urgente de los haberes y la actualización del bono para los jubilados.

El Paro General del 10 de Abril: Un Día de Protesta Nacional

Respeto a las libertades democráticas y los derechos sociales conquistados

  • Paritarias libres y homologadas
  • Aumento de emergencia y actualización del bono
  • Rechazo a la represión de la protesta social
  • Defensa de la industria nacional
  • Retorno de la obra pública
  • Ejecución de un plan nacional de empleo
  • Mayor presupuesto para educación y salud
  • Equilibrio económico y justicia social

El paro general tendrá un impacto significativo en la economía, ya que se espera una paralización total de las actividades en diversos sectores. La CGT busca garantizar que los trabajadores reciban un aumento de emergencia y una actualización del bono para hacer frente a la creciente inflación que afecta a casi todos los sectores.

Respaldo de la CATT: Un Paso Importante

El respaldo de la CATT garantiza la paralización de trenes, vuelos y operaciones portuarias, lo que agrega un componente clave al impacto de la medida. La UTA evalúa su adhesión, supeditada a una conciliación obligatoria vigente en el marco de las paritarias.

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Trump declara la guerra a los sindicatos: más de un millón de trabajadores en la mira

El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que elimina los contratos colectivos y debilita a los sindicatos del sector público federal. Esta medida ha sido calificada por líderes laborales como el mayor ataque a los derechos de los trabajadores desde la era Reagan.

La orden ejecutiva permite a más de 30 agencias gubernamentales terminar con las negociaciones sindicales bajo el argumento de «seguridad nacional». Sin embargo, los líderes sindicales y los diputados demócratas denunciaron que esta acción es en realidad un ataque a los derechos laborales y una entrega a los intereses de los multimillonarios.

Según datos oficiales, casi el 30% de los empleados federales están sindicalizados, lo que afectaría a más de un millón de trabajadores. La medida fue rechazada por la AFL-CIO, la mayor central obrera del país, y por otros sindicatos y organizaciones laborales.

La reacción de los líderes sindicales

Everett Kelley, presidente de la Federación Americana de Empleados Gubernamentales (AFGE), declaró que «esta orden es ilegal y un castigo contra los sindicatos que luchan contra los despidos masivos de este gobierno». Por su parte, Shawn Fain, líder del poderoso sindicato automotriz UAW, expresó que la decisión adoptada es «un ataque a la libertad de expresión y al derecho de los trabajadores a decidir sobre sus empleos».

La iniciativa de Trump generó una gran movilización en el movimiento laboral y en la sociedad en general. Los sindicatos y las organizaciones laborales están preparando batallas legales y movilizaciones masivas para defender los derechos laborales y enfrentar el ataque de la administración Trump.

El precedente de Ronald Reagan

La política adoptada por Trump recuerda al precedente establecido por Ronald Reagan en 1981, cuando despidió a 12,000 controladores aéreos en huelga, debilitando por décadas al movimiento sindical. Hoy, la tasa de sindicalización en EE.UU. es de apenas 9.9%, la más baja en la historia moderna.

La reacción de los diputados demócratas

Diputados demócratas como Greg Casar y Jamie Raskin han denunciado que la orden busca «entregar los derechos laborales a los multimillonarios» y advirtieron que seguirán resistiendo en el Congreso y las calles.

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