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Trabajadores Viales Nacionales realizaron un abrazo simbólico contra el desfinanciamiento

Como respuesta a las políticas de ajuste del gobierno a los organismos nacionales, trabajadores y trabajadoras de Vialidad Nacional realizaron un abrazo simbólico en sus respectivos edificios.

En San Juan, el secretario general del Sindicato de Trabajadores Viales, Carlos Ordóñez , explicó que la medida responde a la «falta de gestión y de financiamiento» en las dependencias.

Ordóñez explicó el impacto del desfinanciamiento en la Dirección Nacional de Vialidad y la concesión de más de 8,000 kilómetros de rutas. Destacó también que este recorte compromete no solo la seguridad de las rutas, sino también el acceso de pequeños productores y comunidades a la conectividad básica.

A pesar de las limitaciones, los compañeros aquí en San Juan están trabajando con gran esfuerzo. Han logrado abrir el paso hasta el límite con Chile en tiempo récord, antes incluso que en tiempos de concesión privada. Sin embargo, es difícil porque no se cuenta con los recursos necesarios: no se compra asfalto ni materiales esenciales, lo que ha empeorado la conservación de rutas ya deterioradas en solo 11 meses.

Ordóñez expresó que participará de una samblea a nivel nacional y se centrará en el rechazo a la desfinanciación que sufre la Dirección Nacional de Vialidad, una de las razones principales por las cuales se organizó el abrazo. Aunque, en realidad, no diría que fue un abrazo simbólico; fue un abrazo de fuerza, de protesta, con mucha participación y apoyo de grupos externos a Vialidad. Estuvieron presentes sectores políticos, gremiales, la CGT y compañeros de otros gremios, quienes también están atravesando situaciones similares de abandono y cierre en sus organismos.

Vialidad cumple una función social importante, que es comunicar a las zonas más postergadas y permitir que los pequeños productores puedan distribuir su producción, facilitando la comunicación entre comunidades. No podemos desechar todo eso por políticas enfocadas solo en los números y un superávit ficticio. Actualmente, el superávit se sostiene solo porque no se paga a los proveedores y no se realiza ninguna compra. Esta situación no solo afecta a los trabajadores viales, sino también a los transportistas y a los usuarios de las rutas, quienes verán aumentados los riesgos de accidentes. Además, el impacto en el transporte tiene repercusiones económicas importantes debido al mal estado de los caminos, completó el dirigente gremial.
























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