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«La destrucción del INTA: un golpe a la ciencia y la tecnología argentina»

La Asociación del Personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (APINTA) denunció que el Gobierno nacional está llevando a cabo una «política de destrucción» del INTA, bajo el eufemismo de «modernización». Esta política se traduce en despidos, retiros y jubilaciones forzadas, que afectan no solo al funcionamiento de la institución, sino también al patrimonio del pueblo argentino .

La situación actual del INTA

El INTA es un organismo estatal descentralizado que se encarga de impulsar la investigación y extensión agropecuaria en Argentina. Sin embargo, la institución se encuentra actualmente en una situación crítica, con 6.466 trabajadores, lo que representa una disminución significativa con respecto a la dotación óptima establecida en 7.145.

Las consecuencias de la política de destrucción

La política de destrucción del INTA tiene consecuencias graves para la ciencia y la tecnología argentina. La institución es un referente local, nacional e internacional en innovación, sostenibilidad y desarrollo agropecuario, y su debilitamiento afecta no solo a la investigación y la extensión agropecuaria, sino también a la economía y la sociedad en general.

El plan de lucha de APINTA

En respuesta a la política de destrucción del INTA, APINTA aprobó un plan de lucha que contempla medidas de acción directa para tratar de frenar los permanentes recortes. El plan de lucha busca defender no solo los puestos de trabajo, sino también la institución y su misión de impulsar la investigación y la extensión agropecuaria en Argentina.

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