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La central obrera sostuvo una jornada de protesta de 36 horas con amplia adhesión nacional, en una señal de rechazo frontal a las políticas de ajuste económico del Gobierno nacional. sectores clave de la producción se detuvieron, y la legitimidad del reclamo retumba en un clima social cada vez más complejo.

En una postal que recuerda los momentos más álgidos de la historia sindical argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT) encabezó una contundente protesta contra el Gobierno de Javier Milei, describiéndola sin ambages como “un éxito rotundo”. La medida, que incluyó una movilización y un paro general de 36 horas, logró una paralización notable en áreas neurálgicas de la economía, desde la industria hasta el transporte, pasando por la energía y los servicios públicos. El epicentro simbólico de esta jornada fue Vaca Muerta, eje estratégico de la política energética, donde las actividades se vieron interrumpidas.

“Hoy paramos el país”, sentenció Héctor Daer, uno de los triunviros que conducen la CGT, en una conferencia de prensa en la que, acompañado por Carlos Acuña y Octavio Arguello, reafirmó la voluntad del movimiento obrero de ejercer presión contra lo que califican como una política de empobrecimiento sistemático.

La medida de fuerza, en su tercera edición desde el inicio de la gestión libertaria, encuentra su justificación en un deterioro veloz del poder adquisitivo, una inflación persistente que devora los ingresos y una retracción del consumo que golpea a los sectores más vulnerables. Andrés Rodríguez, también dirigente de peso en la central obrera, sintetizó el hartazgo: “La gente no llega a fin de mes. Es un grito de angustia”.

Lejos de ser un episodio aislado, el paro se inscribe en una dinámica creciente de confrontación entre el Gobierno y el tejido sindical. El Ejecutivo nacional no solo desoyó las advertencias de los gremios, sino que respondió con una campaña mediática hostil, que incluyó la utilización de altoparlantes en la vía pública para desincentivar la protesta. Daer no dudó en equiparar esa estrategia con prácticas de gobiernos autoritarios, afirmando que “fue un mecanismo oscuro que se usó cuando la democracia se había perdido”.

En paralelo, el paro impactó en la vida cotidiana: bancos cerrados, recolección de residuos suspendida en la Capital, transporte reducido y escuelas con asistencia dispar. Aunque la Unión Tranviarios Automotor (UTA) no adhirió debido a la conciliación obligatoria, la visibilidad del paro fue irrefutable en los centros urbanos y zonas industriales.

En el trasfondo de esta jornada subyace una disputa ideológica de gran envergadura. El Gobierno de Milei avanza con una agenda económica de tinte ortodoxo, basada en la reducción drástica del gasto público y la desregulación del mercado laboral, mientras que el movimiento sindical defiende un modelo que garantice derechos adquiridos y frene lo que perciben como un proceso de demolición del Estado social.

El paro general encabezado por la CGT no solo constituyó un hecho sindical relevante, sino que se erigió como un termómetro político del clima social. Más allá de la contundencia de la adhesión, lo que está en juego es una disputa de fondo: la concepción misma de país. Mientras Milei apuesta por un cambio radical de paradigma, la CGT se planta como dique de contención, convocando a la memoria colectiva de un pueblo que conoce los costos del ajuste extremo. La incógnita es cuánto margen queda para el diálogo y si alguna de las partes está dispuesta a retroceder un paso antes de que la calle hable aún más fuerte.

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Trabajadores del Correo Argentino en estado de alerta por salarios insuficientes


La Federación de Obreros y Empleados de Correos y Telecomunicaciones (FOECOYT) se declaró en estado de alerta en el Correo Argentino debido a la crítica situación salarial que enfrentan los trabajadores y trabajadoras de la empresa. El gremio rechazó el incremento salarial del 2,7% impuesto unilateralmente por la empresa y confirmó la continuidad del plan de lucha en el sector.

La FOECOYT expresó su profunda preocupación por el nivel remunerativo actual de los empleados de la actividad, que se encuentra por debajo de la línea de la pobreza. Esta realidad es considerada «inaceptable bajo todo punto de vista» por el sindicato. A pesar de esta situación, el Correo sigue funcionando gracias al esfuerzo y compromiso diario de sus trabajadores, incluso con dotaciones reducidas y proyectando un superávit desde mayo de 2024.

El gremio que conduce Alberto Cejas destacó la necesidad de unidad en la acción de los trabajadores del Correo ante la intransigencia de las autoridades de la empresa de brindar una mejora en los salarios. La FOECOYT llevó adelante un paro de 24 horas en el Correo Argentino que afectó la atención al público en todo el país y se plegó a la huelga convocado por la CGT en contra de las medidas económicas del gobierno de Javier Milei.

El sindicato denunció que el año 2024 cerró con un 80% de devaluación del poder adquisitivo de los salarios respecto a la inflación. Esta situación generó una gran preocupación entre los trabajadores, que ven cómo su capacidad de compra se redujo drásticamente. El gremio adelantó que el estado de alerta se mantendrá hasta el miércoles 23 de abril, cuando el Congreso Nacional de la Organización se reunirá para evaluar la situación y adoptar medidas tendientes a lograr la mejora salarial.

La continuidad del plan de lucha en el sector dependerá de la respuesta de las autoridades de la empresa y del gobierno a sus reclamos. La FOECOYT busca una solución inmediata a la crítica situación salarial de los trabajadores del Correo Argentino y está dispuesta a tomar medidas más drásticas si no se logran acuerdos satisfactorios.

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Cavalieri alerta sobre la Inflación: Los precios están dolarizados y los salarios en pesos

El líder de Comercio, Armando Cavalieri, encendió las alarmas sobre la situación económica actual, destacando la preocupante tendencia de remarcaciones diarias en los precios de los productos de consumo masivo. Según el sindicalista, los delegados de la federación en los supermercados informan de aumentos constantes, lo que refleja una realidad económica cada vez más difícil para los consumidores.

En una entrevista con Clarín, Cavalieri expresó su profunda preocupación por la situación económica actual, enfatizando que los precios están dolarizados mientras que los salarios permanecen en pesos. Esta disparidad, según el líder sindical, genera una brecha insostenible que afecta directamente el poder adquisitivo de la población. Cavalieri también criticó duramente el intervencionismo del Gobierno en las negociaciones paritarias, argumentando que esta intromisión limita la capacidad de negociación de los trabajadores y fija salarios que no reflejan la realidad económica.

Cavalieri destacó la necesidad de un diálogo constructivo entre el Gobierno y la CGT para abordar los desafíos económicos actuales. Sin embargo, lamentó la falta de voluntad del Gobierno nacional para entablar una conversación significativa con los sindicatos. En respuesta a esta situación, el líder de Comercio anunció planes para solicitar una reunión con el Presidente para discutir la crisis económica y las políticas laborales. Si esta solicitud no es atendida, la CGT podría organizar una movilización a Plaza de Mayo para demostrar su compromiso con la búsqueda de soluciones.

La situación económica descripta por Cavalieri refleja una realidad preocupante para la mayoría de los argentinos. La inflación y las remarcaciones diarias de precios están erosionando el poder adquisitivo de los trabajadores y generando incertidumbre sobre el futuro económico del país. La crítica de Armando Cavalieri al intervencionismo gubernamental en las negociaciones paritarias resalta la tensión entre el Gobierno y los sindicatos, y plantea interrogantes sobre la efectividad de las políticas laborales actuales.

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Judiciales nacionales exigen aumento salarial para recuperar poder adquisitivo

La Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN) presentó una nueva solicitud de aumento salarial ante la Corte Suprema, argumentando que la inflación del 3,7% en marzo agravó la situación de los trabajadores judiciales.

El sindicato exige un incremento del 10% para febrero, de los cuales el 2,4% corresponde a la inflación de dicho mes y el restante 7,6% sería para comenzar a recuperar lo perdido. Para marzo, el sindicato pidió un aumento del 5%, donde el 3,7% se ajusta a la inflación mensual y el 1,3% restante sería para recuperar poder adquisitivo.

El líder de la UEJN, Julio Piumato, destacó que la pérdida salarial acumulada desde la asunción de Milei alcanza el 34,24%, lo que refleja una realidad cada vez más difícil para los trabajadores del sector. El gremio enfatizó que «el momento de recuperar lo perdido es ahora» y que no pueden seguir perdiendo frente al aumento del costo de vida.

La solicitud de incremento salarial presentada por la UEJN refleja la creciente preocupación por la erosión del poder adquisitivo de los trabajadores judiciales debido a la inflación. La pérdida salarial acumulada desde la asunción de Milei es significativa y plantea interrogantes sobre la efectividad de las políticas económicas actuales para proteger el salario de los trabajadores.

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