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El proyecto de monotributo tecnológico, que procura regularizar la situación de los profesionales que desde Argentina trabajan para empresas del exterior, inició su trayecto legislativo en el Senado nacional, que si lo aprueba sin modificaciones quedará convertido en ley.

La Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi) espera en el tratamiento legislativo exponer su opinión contraria a la iniciativa por considerar que pone a las compañías nacionales del sector en desventaja respecto de las radicadas fuera del país en la competencia por la contratación de recursos humanos especializados.

«El monotributo tech pone una desventaja entre las empresas que están radicadas en la Argentina y quienes están afuera; además precariza el mercado laboral en el país», sostuvo hoy el titular de la Cessi, Sergio Candelo, en diálogo con Télam.

La propuesta busca regularizar la situación de al menos 30.000 trabajadores de la economía del conocimiento (software, servicios profesionales, biotecnología, nanotecnología, industria audiovisual, etc).

Desde la Secretaría de la Economía del Conocimiento, promotora de la iniciativa, se destacó que el nuevo Régimen Tributario Simplificado y Cambiario para Pequeños Contribuyentes Tecnológicos, «promueve el desarrollo de la actividad de profesionales autónomos y talentos de distintas ramas basadas en el conocimiento que hoy exportan servicios al exterior».

Desde la industria marcaron que un trabajador que adhiera al monotributo tecnológico cómo está previsto en el proyecto termina aportando al fisco $376.164,00 anuales mientras que un trabajador en relación de dependencia en una empresa radicada en el país aporta $13.637.060,24.

La industria de software en Argentina la integran unas 5.000 empresas que emplean a 150.000 personas y exportó el año pasado US$2.600 millones. Su proyección es en 7 años llegar a los 400.000 puestos de trabajo con exportaciones por US$10.000 millones.

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El Salario Mínimo que no alcanza: un golpe a la clase trabajadora

El Gobierno nacional estableció un nuevo Salario Mínimo, Vital y Móvil que, lejos de ser una solución efectiva, perpetúa la pobreza y la indigencia en la Argentina.

La Resolución 17/2024 publicada en el Boletín Oficial es un claro ejemplo de la falta de compromiso del Gobierno nacional con la clase trabajadora. El nuevo Salario Mínimo, Vital y Móvil establecido es de $296.832 para marzo de 2025, un monto que no solo es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias, sino que también perpetúa la brecha entre ricos y pobres.

La Canasta Básica Total para una familia tipo alcanzó $1.001.466 en noviembre, según datos del INDEC. Esto significa que el nuevo Salario Mínimo es apenas un tercio de lo que se necesita para vivir dignamente. La situación es aún más crítica para los trabajadores jornalizados, que recibirán apenas $1.484 por hora en marzo de 2025.

La decisión del Gobierno nacional de establecer un Salario Mínimo tan bajo es un claro ejemplo de su falta de compromiso con la justicia social. La CGT y las dos CTA exigieron un monto inicial de $572.000, mientras que las cámaras empresariales propusieron un aumento escalonado que llevaría el salario mínimo de $278.000 a $295.000 en marzo de 2025. Sin embargo, el Gobierno nacional optó por una solución que no satisface las demandas de nadie.

La justificación del Gobierno de que se buscaba encontrar un «punto de equilibrio» entre las demandas de los trabajadores y las posibilidades del sector privado es un eufemismo para describir su falta de compromiso con la justicia social. La verdad es que el Gobierno nacional no ha hecho lo suficiente para abordar la problemática de la pobreza y la indigencia en la Argentina.

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La pérdida de poder adquisitivo: un problema que persiste

La economía argentina sigue mostrando señales de recuperación en algunas áreas clave, pero la realidad es que la mayoría de los trabajadores continúan luchando para mantener el ritmo de la inflación. Según un informe oficial del Gobierno nacional, en el último año algunas industrias lograron aumentar sus sueldos por encima de la inflación, alcanzando incrementos de hasta el 224%. Sin embargo, otras ramas de la economía se quedaron atrás, experimentando aumentos salariales significativamente menores.

Es importante destacar que la recuperación salarial no es uniforme y que existen grandes desigualdades entre los diferentes rubros de la economía. Los ámbitos que más aumentaron, como la hostelería, la minería y la manufactura, lograron recuperar poder de compra en términos reales. Sin embargo, otras áreas como la educación, la pesca y la construcción, entre otras, se quedaron atrás experimentando aumentos salariales que no superaron el ritmo de la inflación.

La Pérdida de Poder Adquisitivo: Un Problema que Persiste

Según cálculos del economista Nadin Argañaraz, en los últimos años los trabajadores formales privados perdieron el equivalente a 13 sueldos, mientras que los empleados públicos sufrieron una pérdida de 16,3 sueldos. Esta pérdida de poder adquisitivo es un problema que persiste y que requiere una solución urgente.

En conclusión, la recuperación de los salarios en la Argentina es un panorama desigual y preocupante. Aunque algunas industrias están mostrando señales de recuperación, la mayoría de los trabajadores continúan luchando para mantener el ritmo de la inflación. Es fundamental que se tomen medidas para abordar esta problemática y garantizar una recuperación salarial que beneficie a todos los ámbitos de la economía.

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Ajuste en el Estado: un retroceso en políticas sociales y laborales

La administración de Javier Milei ha impulsado un ajuste al sector público que ha desatado una tormenta de críticas y alertas en sectores sociales y gremios. La clausura de más de 200 áreas estatales durante su primer año de gestión ha sido justificada por el gobierno como una medida para eliminar «excesos, duplicaciones y áreas innecesarias».

Sin embargo, entre las reparticiones cerradas se encuentran programas y direcciones vinculados a políticas de género, diversidades y derechos humanos. La Dirección Nacional de Políticas Transversales de Género y la Dirección de Equidad Racial, Dirección Nacional de Economía Popular, y Personas Migrantes y Refugiadas son solo algunos ejemplos de las áreas eliminadas.

El Impacto Social del Ajuste

El secretario de Transformación del Estado y Función Pública, Maximiliano Fariña, justificó la decisión afirmando que estas áreas cumplían funciones que pueden ser realizadas por el sector privado o que rompían el federalismo al asumir competencias de las provincias o municipios. Sin embargo, la medida ha sido objeto de duras críticas y cuestionamientos por parte de los sectores afectados, quienes advierten sobre las graves consecuencias que puede tener en la protección de los derechos de los ciudadanos.

La Reacción de los Trabajadores

Organizaciones sociales y sindicatos han comenzado a coordinar acciones en rechazo a los despidos y el desmantelamiento de áreas sensibles. «Es una medida que pone en riesgo la estabilidad laboral y la protección de los derechos de los trabajadores», expresó un representante de ATE.

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